El escantillón era una tablilla de madera, generalmente de boj, que servía de regla a los fabricantes de campanas. El abad Pluche, en su obra "Espectáculo de la naturaleza", traducido al español en 1773, hablaba de la pieza dándole varios nombres: escantillón, brocheta, pitipie, calibre o perfil.
Esta pieza que se conserva en la Fundación perteneció a la familia de Iris Lázaro, de Trévago (Soria) quien generosamente la cedió. Uno de los lados tiene una R mayúscula (de campana de tipo Romano) y la otra tiene una E mayúscula que corresponde al modelo Esquilón, de hombro algo más estrecho. En la página 38 del libro citado se explica perfectamente cómo se ha de usar el escantillón para formar la tabla de hombros marcando con el compás.