Este gracioso instrumento procedente de La Sobarriba debió utilizarse en rondas y tiempos de navidad acompañando villancico pero seguramente también en las teatralizaciones de las Pastoradas o Autos de Navidad tan propios de las tierras leonesas –y de su diócesis-, habituales también en el resto de la Tierra de Campos y que olvidados en las últimas décadas aún subsisten en algunas localidades de Palencia, Valladolid, León o Zamora.
La sencillez en su fabricación hacía que fuera cualquier carpintero local o aficionado a la madera -incluso los niños- en aprovechar cualquier vara o listón medianamente cabal para practicar los cortes y clavar unas chapas o cascabeles que rugieran al frotar y rascarse el uno contra el otro. Por esta facilidad de manufactura, el escaso costo y especialmente el uso que se daba en algarabías y serenatas el instrumento tenían una duración temporal lo que hace que apenas se conserven sonajas antiguas de este tipo, motivo añadido para poner en valor este instrumento que fue donado por la Asociación de Amigos de la Fundación Joaquín Díaz. Procede de Paradilla de la Sobarriba (León) y debió fabricarse hacia 1980.